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domingo, 12 de octubre de 2014

El caso Cedieu Jassainte: La Policía Nacional RD: Entre violaciones de derechos humanos y actitudes violentas, corruptas y represivas



Por Roudy Joseph/Especial para Espacinsular

SANTO DOMINGO, República Dominicana, 10 de octubre de 2014.- El día sábado, 20 de septiembre de 2014, un haitiano vendedor de frituras en las calles de Santo Domingo fue herido mortalmente por un agente policial que intentaba una extorsión.

Cedieu Jassainte, de 35 años, se alistaba para ir a vender sus productos en la zona en que vivía, en la calle 10 del Barrio 27 de Febrero, cuando un policía se le acercó para pedir que le regalara 50 pesos. Cuándo el agente vio que Jassainte tenía un paquete de dinero en sus manos, alrededor de RD$10,000, le persiguió hasta un callejón y le baleó para luego quitarle el dinero.

Los/as comunitarios/as, principalmente haitianos/as, pusieron resistencia al levantamiento del cadáver y esperaban por alrededor de tres horas a los representantes de la Embajada haitiana, quiénes habrían confirmado que estaban en el camino, pero nunca llegaron al lugar de los hechos.

Los policías, impacientes, decidieron irrumpir a palos, puñetazos, patadas y bombazos contra los compatriotas y acompañantes que en solidaridad esperaban una actitud compasiva en medio del desconsuelo que les produjo el asesinato de su vecino para retirar el cadáver del lugar, como relata una carta enviada por 12 organizaciones de la diáspora haitiana al Ministerio de Interior y Policía repudiando la violencia policial.


La diáspora haitiana en RD, además de lamentar ese vil asesinato y el hecho de que resultaron heridos periodistas y camarógrafos que cubrían el suceso, deploró que algunos medios de comunicación se hicieran eco de versiones falsas sobre la supuesta posesión de armas de fuego por parte de los manifestantes (quienes resistían la embestida policial en una acción muy valiente) sin siquiera mostrar un solo testimonio, vídeo o fotografía.

El caso Rafael Antonio Contreras Soriano

Un día antes de ese suceso, pasó algo similar en Azua. El motoconchista (taxi en motocicleta) Rafael Antonio Contreras Soriano, un dominicano de 33 años, también padre de familia, fue asesinado por un agente de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET).

Luego de esa actitud brutal y cobarde del uniformado, los/as comunitarios/as se movilizaron en varios barrios de esa ciudad exigiendo el esclarecimiento inmediato de la muerte del joven. Según relata un periódico digital local, hubo "fuertes enfrentamientos entre manifestantes y agentes de la Policía Nacional en esta ciudad" el sábado 20 de septiembre.
Luego le fue impuesta una medida de coerción de tres meses de prisión al agente de AMET Teófilo Matos Quezada. Hay que ser muy “cara dura” para estar a favor de las actuaciones de las fuerzas del "orden", más de la declaración a la televisión de uno de los jóvenes manifestantes: " lo que están, es maltratando a la juventud, y nosotros estamos cansados de eso"·

Dos situaciones similares:

Dos hombres de la clase trabajadora, pobre, negros, quienes cometieron la osadía de oponerse al abuso brutal y violento de otros hombres de la misma clase social, pero puestos al servicio de la oligarquía actual para reprimir a los/as pobres, jóvenes, trabajadores/as, dominicanos/as y haitianos/as.

Un apunte interesante: Los enfoques diferentes dados por uno de los diarios a las dos noticias, aun siendo casos muy similares, es totalmente alarmante porque tergiversa deliberadamente en el primer caso porque se trató de haitianos que “atacan a Policía Nacional" y en el segundo caso solo eran "resistencia a los efectivos policiales". ¿Ejercicio pleno de libertad de expresión?

Desde hace mucho tiempo se ha notado que la Policía Nacional dominicana ha declarado una guerra abierta con sus acciones, contra los/as jóvenes de este país sin importar su nacionalidad, pero sí con la misma condición socio-económica, es decir, son asesinatos de jóvenes que viven en barrios pobres, perseguidos día y noche.
Podemos afirmar que la sociedad dominicana, en parte tal vez, ya se está dando cuenta que el problema no son los haitianos o la "invasión pacífica", o "fusión de la isla", u otra falacia inventada por los poderosos para beneficio de sus intereses socio-políticos y económicos.
   

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